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LA SIMIENTE DE LA BENDICION

La Simiente De La Bendicion
 
 
El concepto de iglesia que generalmente tenemos, no refleja lo que leemos en el N.T. Se da por sentado que la iglesia como tal ya existe hoy. Muchos falsos profetas justamente toman este hecho para presentarse ellos como representantes de la verdadera iglesia encontra de todo aquello que dicen que es iglesia y no refleja la realidad espiritual que se supone debe tener la Iglesia de Cristo. Nadie puede llegar a equivocare al levantar este tipo de juicio, no hace falta ser falso profeta, la realidad es, y mucho mas allá de las sanas intenciones, esa. Pero ¿por qué? Porque estamos equivocados en cuanto el concepto iglesia. La Iglesia de Cristo esta en formación y su verdadera función es aun futura.
Las promesas hechas a Abraham, de que en su simiente serian bendecidas las naciones, no se cumplirán con Israel sino con la iglesia. Por supuesto, luego veremos realmente lo que las Escrituras enseñan, pero la función de la iglesia hoy, es la misma que los discípulos ayer. Esa "simiente" santa sé esta formando y es a donde debemos apuntar en nuestro concepto y predicación. Juan el bautista lo primero que hizo fue buscar discípulos.   Jesús hizo exactamente lo mismo, y a los que él preparó, también los mando a ser discípulos. Este segundo estudio de reinicio de seminario, lo dividiremos en tres partes, donde mostraremos que la simiente en la cual será bendecida la humanidad es Cristo-la Iglesia, Un solo Cuerpo compuesto, en quien toda la humanidad vera a Cristo y recibirá las bendiciones prometidas a Abraham y a su simiente. La importancia de este estudio radica en que debemos notar que esta simiente es la que recién será "luz de las naciones" y en la cual todas las naciones recibirán enseñanza y salvación según la Biblia. Estos estudios son muy importantes para la comprensión de la eclesiologia bíblica. Hoy solo se esta formando esa simiente, luego las naciones buscaran a Dios en ella.
Dios le bendiga e ilumine en todos estos estudios que comenzamos en este día, y recuerde, ante la duda nos escribe y nos consulta.
Oscar Felipe Raya(Director)
 
 
SEMINARIO
LA  IGLESIA
                          SIMIENTE DE ABRAHAM
Primera Parte
El evangelio que enseñaron Jesús y los apóstoles no era fundamentalmente diferente del que entendía Abraham. Dios, por medio de las Escrituras, "dio de antemano la buena nueva a Abraham" (Gal. 3: . Tan cruciales son estas promesas que Pedro empezaba y terminaba su proclamación pública del evangelio haciendo referencia a ellas (Hech. 3: 13,25). Si podemos entender lo que se le enseñó a Abraham, tendremos entonces una idea muy básica del evangelio cristiano. Hay otras indicaciones de que "el evangelio" no es algo que sólo haya empezado en los tiempos de Jesús:
-"Y nosotros también os anunciamos el evangelio de aquella promesa hecha a nuestros padres [ judíos], la cual Dios ha cumplido" (Hch. 13:32,33).
-"El evangelio de Dios, que él había prometido antes por sus profetas [ por ejemplo, Abraham, Gn. 20:7] en las Santas Escrituras" (Ro. 1: 1,2).
-"Porque por esto también ha sido predicado el evangelio a los muertos" (1P. 4:6), es decir, a los creyentes que habían vivido y fallecido antes del primer siglo.
-"Porque también a nosotros se nos ha anunciado la buena nueva como a ellos [ Israel en el desierto]" (He. 4:2).
Las promesas a Abraham tienen dos temas básicos:
(1) acerca de la simiente de Abraham (un descendiente especial) y
(2) acerca de la tierra que le fue prometida a Abraham.
Estas promesas se comentan en el Nuevo Testamento y, en concordancia con nuestra norma de dejar que la Biblia se explique sola, combinaremos las enseñanzas de ambos Testamentos para lograr una idea completa del pacto hecho con Abraham.
Abraham vivía originalmente en Ur, una próspera ciudad en lo que ahora es Iraq. La arqueología moderna revela el alto nivel de civilización que habían alcanzado en los días de Abraham. Había un sistema bancario, administración pública e infraestructura afín. De algún modo Abraham tuvo conocimiento de Dios y de Su palabra; pero él fue el único fiel que habitaba en Ur (Is. 51: 2; Neh. 9:8). Pero entonces vino a él el extraordinario llamamiento de Dios: dejar esa vida sofisticada y aventurarse en el viaje a una tierra prometida. Exactamente adónde y para qué, no quedó del todo aclarado. En total, resultó ser un viaje de alrededor de 1200 Km. La tierra era Canaán, la misma del moderno Israel.
De vez en cuando durante su vida, Dios se le apareció a Abraham y le repitió y amplió Sus promesas. Esas promesas son la base del evangelio de Cristo, así que como verdaderos cristianos, nosotros recibimos ese mismo llamamiento que recibió Abraham, de dejar las cosas transitorias de esta vida y proseguir en una vida de fe, tomando las promesas de Dios al pie de la letra, viviendo según su palabra. Bien podemos imaginar cómo Abraham habría meditado en las promesas durante sus viajes. "Por la fe Abraham. siendo llamado, obedeció para salir [ de Ur] al lugar que había de recibir como herencia [Canaán]; y salió sin saber a dónde iba" (He. 11:8).
Cuando consideramos las promesas de Dios por primera vez, nosotros también podemos sentir que no sabemos exactamente cómo será la tierra prometida del reino de Dios. Pero nuestra fe en la palabra de Dios debiera ser tal que también obedezcamos con entusiasmo.
Abraham no era un nómada errante sin nada mejor que hacer que probar suerte con estas promesas. Él tenía una experiencia que, en asuntos fundamentales, tiene mucha similitud con la nuestra. Las complejas y dolorosas decisiones que él enfrentó eran similares a aquellas que nosotros también podríamos tener que enfrentar al momento de considerar si aceptamos y actuamos o no sobre la base de las promesas de Dios. Las miradas de extrañeza de nuestros colegas de trabajo, la expresión socarrona en los ojos de los vecinos ("¡él es religioso!"): estas cosas deben haber sido conocidas para Abraham. La motivación que él necesitaba para soportar todo eso debe haber sido tremenda. Lo único que proporcionó esa motivación durante todos sus años de tanto peregrinar fue la palabra de promesa. Él debe haber memorizado esas palabras y meditado diariamente en lo que realmente significaban para él.
Al mostrar una fe similar y actuar de acuerdo a ella, podemos tener el mismo honor que tuvo Abraham: ser llamados amigos de Dios (Is. 41:8), encontrar el conocimiento de Dios (Gn. 18:17) y tener la esperanza segura de vida eterna en el reino. Volvemos a recalcar que el evangelio de Cristo se basa en estas promesas hechas a Abraham. Para creer verdaderamente en el mensaje cristiano, debemos también conocer firmemente las promesas hechas a Abraham. Sin ellas, nuestra fe no es fe. Por lo tanto, con ojos ansiosos debiéramos leer y re-leer los diálogos entre Dios y Abraham.
LA TIERRA
1)"Vete de tu tierra... a la tierra que te mostraré" (Gn. 12:1).
2)"[Abraham] volvió por sus jornadas... hacia Bet-el [ en Israel central]. Y Jehová dijo a Abram ... Alza ahora tus ojos, y mira desde el lugar donde estás hacia el norte y el sur, y al oriente y al occidente. Porque toda la tierra que ves, la daré a ti y a tu descendencia para siempre... ve por la tierra... porque a ti la daré" (Gn. 13:3,14-17).
3)"Hizo Jehová un pacto con Abram, diciendo: A tu descendencia daré esta tierra, desde el río de Egipto hasta el río grande, el río Eufrates" ( Gn.15:18).
4)"Te daré a ti, y a tu descendencia después de ti, la tierra en que moras, toda la tierra de Canaán en heredad perpetua" (Gn. 17:8).
5)"La promesa de que [Abraham] sería heredero del mundo" (Ro. 4:13).
Aquí vemos una revelación progresiva hecha a Abraham:
1)'Hay una tierra a la que me gustaría que fueras'.
2)'Ahora has llegado al área. Tú y tus hijos vivirán aquí para siempre'. Note cómo esta promesa de vida eterna se consigna sin artificialidad ni énfasis; un autor humano le habría dado gran realce.
3)El área de la tierra prometida quedó definida más específicamente.
4)Abraham no debería esperar recibir la promesa en esta vida. Él había de ser un "extranjero" en la tierra, aunque después viviría allí para siempre. Esto implica que moriría y después resucitaría para que pudiera recibir esta promesa.
5)Pablo, bajo inspiración, evidentemente entendió que las promesas hechas a Abraham significaban su herencia de toda la tierra.
La Escritura se encarga de recordarnos que Abraham no recibió el cumplimiento de las promesas durante su vida:
"Por la fe habitó [implicando una residencia temporal ] como extranjero en la tierra prometida como en tierra ajena, morando en tiendas" (He. 11:9).
Él vivió como forastero en la tierra, quizás con la misma sensación furtiva de inseguridad y desigualdad que siente un refugiado. Vivió con dificultad con su simiente en su propia tierra. Junto con sus descendientes, Isaac y Jacob (a los cuales les fueron repetidas las promesas), "conforme a la fe murieron todos estos sin haber recibido lo prometido, sino mirándolo de lejos, y creyéndolo, y saludándolo, y confesando que eran extranjeros y peregrinos sobre la tierra" (He. 11:13). Note las cuatro etapas:
-Conocer las promesas – así como nosotros lo estamos haciendo por medio de este Estudio.
-Creerlas
-"Saludarlas" o aceptarlas, bautizándose en Cristo (Gal. 3:27-29).
-Confesar al mundo por nuestro modo de vida que este mundo no es nuestro verdadero hogar, sino que vivimos en la esperanza de que esa era futura venga a la tierra.
Si apreciamos estas cosas, Abraham se convierte en nuestro gran héroe y ejemplo. El reconocimiento definitivo de que el cumplimiento de las promesas yace en el futuro vino al cansado anciano cuando su esposa murió; literalmente él tuvo que comprar parte de la tierra prometida para enterrarla (Hch. 7:16). Verdaderamente Dios "no le dio herencia en ella, ni aun para asentar un pie; pero le prometió que se la daría en posesión" (Hch. 7:5). La simiente actual de Abraham tal vez sienta la misma incongruencia cuando compran propiedad o la toman en arriendo - ¡en una tierra que les ha sido prometida para su herencia personal y eterna!
Pero Dios cumple sus promesas. Llegará el día cuando Abraham y todos aquellos a quienes se les ha hecho esta promesa serán recompensados. Hebreos 11: 13,39,40 deja en claro este asunto:
"Conforme a la fe murieron todos éstos sin haber recibido lo prometido... proveyendo Dios alguna cosa mejor para nosotros, para que no fuesen ellos perfeccionados aparte de nosotros".
Por lo tanto, todos los verdaderos creyentes serán recompensados en la misma ocasión, es decir, en el tribunal en el último día (2 Ti. 4:1,8; Mt. 25:31-34; 1 P. 5:4). Se entiende que para que estén presentes a fin de ser juzgados, Abraham y los otros que conocieron estas promesas deben resucitar precisamente antes del juicio. Si en el presente no han recibido las promesas, y sólo las recibirán después de su resurrección y juicio al regreso de Cristo, no queda más alternativa que aceptar que los semejantes de Abraham están ahora inconscientes, esperando la venida de Cristo. No obstante, hay mosaicos en vidrios de color en las iglesias en toda Europa que muestran a Abraham viviendo en el cielo, disfrutando del prometido galardón por una vida de fe. Miles de personas durante cientos de años han pasado frente a esos cuadros aceptando religiosamente tales ideas. ¿Tendrá usted el valor basado en la Biblia para discrepar de esa creencia?
LA SIMIENTE
La promesa de una simiente se aplica fundamentalmente a Jesús y, en segundo término, a aquellos que están "en Cristo" y que por lo tanto se cuentan también como la simiente de Abraham:
1)"Haré de ti una nación grande, y te bendeciré... y serán benditas en ti todas las familias de la tierra" ( Gn.12:2,3).
2)"Toda la tierra que ves, la daré a ti y a tu descendencia para siempre. Y haré tu descendencia como el polvo de la tierra; que si alguno puede contar el polvo de la tierra, también tu descendencia será contada" (Gn. 13:15,16).
3)"Mira ahora los cielos, y cuenta las estrellas, si las puedes contar... Así será tu descendencia... a tu descendencia daré esta tierra" (Gn. 15:5,18).
4)"Daré... a tu descendencia después de ti... la tierra de Canaán en heredad perpetua; y seré el Dios de ellos" (Gn. 17:8).
5)"Multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y como la arena que está a la orilla del mar; y tu descendencia poseerá las puertas de sus enemigos. En tu simiente serán benditas todas las naciones de la tierra" (Gn. 22:17,18).
De nuevo, el entendimiento que tenía Abraham de la "simiente" se ampliaba progresivamente:
1)En primer lugar, sólo se le dijo que de algún modo tendría una cantidad extraordinaria de descendientes, y que por medio de su "simiente" toda la tierra sería bendecida.
2)Después se le dijo que tendría una simiente que llegaría a incluir a mucha gente. Esta gente disfrutaría de vida eterna, junto con él, en la tierra adonde él había llegado, es decir, Canaán.
3)Se le dijo que su simiente sería tan numerosa como las estrellas del firmamento. Por esto él puede haber entendido que tendría muchos descendientes espirituales ("estrellas del cielo") así como muchos descendientes naturales ("el polvo de la tierra").
4)Se recalcaron las promesas anteriores con la garantía adicional de que las muchas personas que llegasen a formar parte de la simiente podrían tener una relación personal con Dios.
5)La simiente vencería a sus enemigos.
Note que la simiente habría de traer "bendiciones" que estarían disponibles para gente de toda la tierra. En la Biblia, la idea de bendición se halla a menudo conectada con el perdón de los pecados. Después de todo, esta es la más grande bendición que uno que ama a Dios podría llegar a querer. Por eso leemos frases como: "Bienaventurado [ bendito] aquel cuya trasgresión ha sido perdonada" (Sal. 32:1.) "La copa de bendición" (1 Co. 10:16), describe la copa de vino que representa la sangre de Cristo, por medio de la cual es posible el perdón.
El único descendiente de Abraham que ha traído el perdón de los pecados al mundo es, por supuesto, Jesús, y el comentario del Nuevo Testamento sobre las promesas hechas a Abraham provee sólido respaldo:
"[Dios] no dice: Y a las simientes, como si hablase de muchos [ es decir, en plural], sino como de uno [en singular]: Y a tu simiente, la cual es Cristo" (Gal. 3:16.)
"... el pacto que Dios hizo con nuestros padres, diciendo a Abraham: En tu simiente serán benditas todas las familias de la tierra. A vosotros primeramente, Dios, habiendo levantado a su hijo, [ es decir, la simiente] lo envió para que os bendijese, a fin de que cada uno se convierta de su maldad" (Hch. 3:25,26).
Note aquí cómo Pedro cita e interpreta Génesis 22:18:
La simiente = Jesús
La bendición = el perdón de los pecados.
La promesa de que Jesús, la simiente, tendría la victoria sobre sus enemigos ahora se entiende con mayor claridad si se lee en conexión con su victoria sobre el pecado, el mayor enemigo del pueblo de Dios, y por lo tanto, también de Jesús.
UNIÉNDOSE A LA SIMIENTE
En esta etapa ya debiera estar claro que Abraham entendía los elementos básicos del evangelio cristiano. Pero estas promesas vitales eran para Abraham y su simiente Jesús. ¿Y qué hay de los demás? Ni siquiera una descendencia física de Abraham convertiría a alguien automáticamente en parte de esa simiente específica (Jn. 8:39; Ro. 9:7). De algún modo tenemos que llegar a ser íntimamente parte de Jesús, de manera que también nosotros podamos compartir las promesas hechas a la simiente. Esto se logra por medio del   "Nuevo Nacimiento", al bautizarnos en Cristo  cuando nos arrepentimos y convertimos a Él "Porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos. Ya no hay judío ni griego [ gentiles]; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno [al ser] en Cristo Jesús [ por el bautismo]. Y si vosotros sois de Cristo [por medio del bautismo en él], ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos según la promesa".
La promesa es vida eterna en la tierra, por medio de recibir la "bendición" del perdón por medio de Jesús. Bautizándonos en Cristo, la simiente, podemos compartir las promesas que se le hicieron a él; y por eso Romanos 8:17 nos llama "coherederos con Cristo".
Recuerde que, por medio de la simiente, la bendición habría de llegar a la gente de todas los lugares de la tierra; y la simiente habría de llegar a ser un grupo mundial de personas, como la arena de las playas y las estrellas del cielo. Se entiende que esto se debe a que ellos primero deben recibir la bendición de manera que puedan llegar a ser la simiente. De este modo, la simiente (singular) "será contado de Jehová hasta la postrera generación" (es decir, mucha gente; Salmos 22:30).
Podemos resumir las dos hebras de las promesas que se dieron a Abraham:
1)LA TIERRA
Abraham y su simiente, Jesús, y aquellos que están en él, heredarán la tierra de Canaán y por extensión toda la tierra, y vivirán allí para siempre. En esta vida no la recibirían, pero la recibirán en el último día, cuando regrese Jesús.
2)LA SIMIENTE
Esta era principalmente Jesús. Por medio de él los pecados ("enemigos") del género humano serían vencidos, de modo que las bendiciones del perdón quedarían disponibles en el ámbito mundial.
Por medio del bautismo en el nombre de Jesús llegamos a ser partes de la simiente.
Estas mismas dos hebras ocurren en la predicación en el Nuevo Testamento y no es sorprendente que a menudo se consigna que cuando la gente oía su enseñanza, se bautizaban (en agua como símbolo. Este, el Nacar de arriba). Era, y es, el modo por el cual estas promesas pueden ser hechas a nosotros. Ahora podemos entender por qué, siendo un anciano enfrentado con la muerte, Pablo pudo definir su esperanza como "la esperanza de Israel" (Co. 28:20). La verdadera esperanza cristiana es la esperanza judía original. El comentario de Cristo de que "la salvación viene de los judíos" (Jn. 4:22) debe referirse también a la necesidad de llegar a ser judíos espirituales, de modo que podamos beneficiarnos de las promesas de salvación por medio de Cristo que fue hechas a los padres judíos.
Leemos que los primeros cristianos predicaron:
1)"El evangelio del reino de Dios y
2)el nombre de Jesucristo" (Co. 8:12.
Estas fueron las mismas dos cosas explicadas a Abraham bajo nombres levemente diferentes:
1)Promesas acerca de la tierra y
2)Promesas acerca de la simiente.
Note de paso que "las cosas" (plural) acerca del reino y de Jesús se resumen como "predicando a Cristo" (Cha. 8:5 compárese con el versículo 12). Muy a menudo esto se interpreta como ¡Jesús te ama! Sólo di que crees que él murió por ti y ya eres un hombre salvo. Pero la palabra "Cristo" claramente resume la enseñanza de varias cosas acerca de él y de su reino venidero. Las buenas nuevas acerca de este reino que fueron predicadas a Abraham desempeñaron una parte importante en los comienzos de la predicación del evangelio.
En Efeso, Pablo estuvo "por espacio de tres meses, discutiendo y persuadiendo acerca del reino de Dios" (Hch. 19:8; 20:25); y su canto de cisne en Roma fue el mismo: "Les declaraba y les testificaba el reino de Dios... persuadiéndoles acerca de Jesús... por la ley... como por los profetas" (Hch. 28:23,31). Que había tanto de qué conversar muestra que el mensaje básico del evangelio acerca del reino y de Jesús no era una simple cuestión de decir "cree en Jesús". La revelación de Dios a Abraham fue más detallada que eso, y las cosas que se le prometió son la base del verdadero evangelio cristiano.
Hemos mostrado que el bautismo en Cristo(sin incluir el de agua) nos hace parte de la simiente y, por lo tanto, nos capacita para heredar las promesas (Gal. 3:27-29); Pero el bautismo solo no es suficiente para que ganemos la salvación prometida. Debemos permanecer en la simiente, en Cristo, si hemos de recibir las promesas hechas a la simiente. Por lo tanto, el bautismo es sólo un comienzo; hemos entrado en una carrera que necesitamos correr. No olvide que sólo ser físicamente de la simiente de Abraham, no significa que somos aceptables ante Dios. Los israelitas son simiente de Abraham, pero esto no significa que pueden ser salvos sin el "Nuevo Nacimiento" Jn.3: 3-6; y sin adecuar su vida a Cristo y al ejemplo de Abraham (Ro. 4:13.14; 9:7,8). Jesús dijo a los judíos: "Sé que sois descendientes de Abraham; pero procuráis matarme... si fueseis hijos de Abraham, las obras de Abraham haríais" (Jn. 8:37,39), lo cual era vivir una vida de fe en Dios y en Cristo, la simiente prometida (Jn. 6:29).
La "simiente" debe tener las características de su ancestro. Si hemos de ser la verdadera simiente de Abraham debemos, por lo tanto, no sólo bautizarnos sino tener también una genuina fe en las promesas de Dios, tal como la tuvo él. Por lo tanto se le llama: "Padre de todos los creyentes... que... siguen las pisadas de la fe que tuvo nuestro padre Abraham" (Ro. 4:11,12). "Sabed, por tanto [ es decir, ¡tómalo verdaderamente en serio!], que los que son de fe, éstos son hijos de Abraham" (Gal.3:7).
La verdadera fe debe mostrarse en alguna clase de acción, de otro modo, a los ojos de Dios, no es fe (Stg. 3:27-29). Demostramos nuestra fe en estas promesas que hemos estudiado siendo "Nacidos de lo alto" primero de modo que se apliquen a nosotros personalmente. Así que, ¿cree usted verdaderamente en las promesas de Dios? Esta es una pregunta que debemos hacernos continuamente en toda nuestra vida.
ANTIGUO Y NUEVO PACTO
Ahora debería ser evidente que las promesas a Abraham resumen el evangelio de Cristo. El otro conjunto principal de promesas que Dios hizo fue con los judíos en el contexto de la ley de Moisés. Estas indicaban que si los judíos eran obedientes a esta ley, entonces serían beneficiados físicamente en esta vida (Dt. 28). No había ninguna promesa directa de vida eterna en esta serie de promesas o "pacto". Entonces vemos que han habido dos "pactos" hechos:
1) con Abraham y su simiente prometiendo perdón y vida eterna en el reino de Dios cuando regrese Cristo. Esta promesa se hizo también en el Edén y a David. Este es el "nuevo pacto". Cuando este "nuevo pacto" es hecho con Israel al regreso de Cristo, incluirá la promesa de que "yo seré a ellos por Dios" (Jer. 31;33 compárese con Gn. 17:8).
2) con los judíos en los días de Moisés a quienes se prometió paz y felicidad en esta vida presente si obedecían la ley que Dios le dio a Moisés.
Dios prometió a Abraham perdón y vida eterna en el reino, pero esto sólo era posible por medio del sacrificio de Jesús. Por esta razón leemos que la muerte de Cristo en la cruz confirmó las promesas que se habían hecho a Abraham (Gal. 3:17; Ro. 15:8; Dn. 9:27; 2 Co. 1:20); por lo tanto a su sangre se le llama la "sangre del nuevo pacto" (Mt. 26:28). Se debe recordar que Jesús nos dijo que tomáramos periódicamente la copa de vino, que simboliza su sangre, para que tengamos presente estas cosas (véase 1 Co. 11:25): "Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre" (Lc. 22:20). No tiene sentido "partir el pan" en memoria de Jesús y su obra a menos que entendamos estas cosas.
El sacrificio de Jesús hizo posible el perdón y la vida eterna en el reino de Dios; por lo tanto, él confirmó las promesas a Abraham; él fue un "fiador de un mejor pacto" (He. 7:22). Hebreos 10:9 indica que Jesús "quita lo primero [ el pacto], para establecer esto último". Esto muestra que cuando Jesús confirmó las promesas a Abraham, él eliminó otro pacto, el que fue dado por medio de Moisés. Los versículos ya citados referente a que Jesús confirmó un nuevo pacto con su muerte, implican que había un antiguo pacto que él eliminó (He. 8:13).
Esto significa que aunque el convenio referente a Cristo se hizo primero, no se puso en vigor hasta su muerte, por lo que se le llama "nuevo pacto". El propósito del "antiguo pacto" hecho por medio de Moisés había de dirigir la atención hacia la obra de Jesús y a realzar la importancia de la fe en las promesas referente a Cristo (Gal. 3:19,21)). A la inversa, la fe en Cristo confirma la verdad de la ley que se dio a Moisés (Ro. 3:31). Pablo, de manera original, lo resume así: "La ley ha sido nuestro ayo, para llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe" (Gal. 3:24). Es por este propósito que se ha preservado la ley dada por medio de Moisés, y aun es beneficioso que la estudiemos.
Estas cosas no son fáciles de entender a la primera lectura; podemos resumirlas como sigue:
-Promesas hechas a Abraham referente a Cristo – Nuevo Pacto.
-Promesas a Israel relacionadas con la ley dada a Moisés – Antiguo Pacto.
-La muerte de Cristo. Pone fin al Antiguo Pacto (Col. 2:14-17). El Nuevo pacto entra en vigor.
Por esta razón, cosas como el diezmo, guardar el día de reposo, etc., que eran parte del Antiguo Pacto, ya no es necesario . Al apreciar verdaderamente estas cosas nos hace darnos cuenta de la certeza de las promesas de Dios. Los escépticos acusaron injustamente a los primeros predicadores cristianos de no entregar un mensaje positivo. Pablo replicó diciendo que debido a la confirmación de Dios de sus promesas con la muerte de Cristo, la esperanza de la cual ellos hablaban no era un asunto incierto, sino un ofrecimiento totalmente seguro: "Como Dios es fiel, nuestra palabra [ de predicación] a vosotros no es Sí y No. Porque el Hijo de Dios, Jesucristo, que entre vosotros ha sido predicado por nosotros... no ha sido Sí y No; mas ha sido Sí en él; porque todas las promesas de Dios son en él Sí, y en él Amén" (2 Co. 1:17-20).
Sin duda esto invalida la actitud de: 'Bueno, supongo que alguna verdad podría haber en todo esto'.
"ESTARÉ CONTIGO"
Hay otras dos cosas prometidas a Abraham y su simiente: "Seré el Dios de ellos... Estaré contigo" (Gn. 17:8; 26:3; 28:15 compárese Ex. 6:7). El Señor Jesucristo es "Dios con nosotros" (Emanuel – Is. 7:14). Para los que de nosotros tienen parte en estas promesas concernientes a Jesucristo y el reino de Dios, con nosotros estará Dios y nos guiará a ese final feliz. Repetidas veces el pueblo de Dios, en sus momentos de desesperación ha vuelto a estas promesas de Abraham dándose cuenta de que el verdadero Dios está con nosotros (Ejemplo, 2 Cr. 32:7,8). Pacto de relación con Dios significa que Él estará dándonos anticipos de su futura salvación, siendo nuestro Dios ahora y yendo con nosotros en salvación ahora (Sal. 111:9). Y nosotros responderemos a esto y cumpliremos la verdad de 2 Corintios 1:20 que expresa que la obra segura de las promesas de Dios para nosotros hace que lo glorifiquemos   a El.
¿ Tiene preguntas? escribanos a:  IMC.Responde@gmail.com 
Oscar Felipe Raya(Director)
 
IMC   Iglesia Mundial de Cristo
 
LAS NACIONES BENDECIDAS POR LA IGLESIA
 
Que todas las naciones serán benditas en Abraham y en su simiente. Este es el evangelio resumido en una frase. Así nos lo da a entender Pablo en Galatas 3:8. El lector atento podrá discernir en el texto la sustancia de lo que Jesús y los apóstoles predicaron. Ellos predicaron "el evangelio del reino de Dios y el nombre de Jesucristo" (Hechos 8:12; 28:29-31). El anuncio hecho a Abraham no es más ni menos que estas cosas comprimidas en una frase, puesto que anuncia en forma general lo que otras Escrituras revelan en forma detallada. Habla de la bendición universal en relación con Abraham y Cristo; mientras tanto, otros pasajes ponen en claro el proceso por el cual las bendiciones son realizadas: primero, en lo que se refiere a individuos, y luego, en relación con las naciones. Debe ser evidente que esto aún no se ha realizado. Las naciones no están en estado de bendición. No sólo sufren el peso del mal gobierno, sino también viven en un estado de pobreza, ignorancia y miseria, lo cual es contrario al estado de bendición. El mundo yace en maldad. Abraham y su simiente son desconocidos, excepto como objeto de escarnio. Aun en la "feliz Inglaterra," la incredulidad y el vicio están a la orden del día. Existe una apariencia externa de piedad: muchos edificios de iglesias y capillas, enseñanza dominical, sermones, oraciones, colectas, ferias, etc.; pero, ¿qué hay dentro sino podredumbre y huesos de muertos? La gente que hace estas cosas es egoísta, supersticiosa o ignorante. Hay poco temor de Dios o respeto por su palabra. Existe mucho temor al hombre y amor por el mundo. La gente está engañada y degradada; sus cerebros confunden el paganismo con el cristianismo y sus corazones están corrompidos por las exigencias de las clases sociales y la ganancia deshonesta.
Las naciones aún no están benditas en Abraham y su simiente, pero lo estarán, pues leemos:
"He aquí que para justicia reinará un rey, y príncipes presidirán en juicio... No se ofuscarán entonces los ojos de los que ven, y los oídos de los oyentes oirán atentos. Y el corazón de los necios entenderá para saber, y la lengua de los tartamudos hablará rápida y claramente." (Isaias 32:1,3,4)
"En aquel tiempo los sordos oirán las palabras del libro, y los ojos de los ciegos verán en medio de la oscuridad y de las tinieblas. Entonces los humildes crecerán en alegría en Jehová, y aún los más pobres de los hombres se gozarán en el Santo de Israel. Porque el violento será acabado, y el escarnecedor será consumido; serán destruidos todos los que se desvelan para hacer iniquidad." (Isaias 29:18-20)
"Decid a los de corazón apocado: Esforzaos, no temáis; he aquí que vuestro Dios viene con retribución, con pago; Dios mismo vendrá, y os salvará. Entonces los ojos de los ciegos serán abiertos, y los oídos de los sordos se abrirán. Entonces el cojo saltará como un ciervo, y cantará la lengua del mudo." (Isaias 35:4-6)
"Porque desde donde el sol nace hasta donde se pone, es grande mi nombre entre las naciones; y en todo lugar se ofrece a mi nombre incienso y ofrenda limpia, porque grande es mi nombre entre las naciones, dice Jehová de los ejércitos." (Malaquías 1:11)
"Los arcos de guerra serán quebrados; y hablará paz a las naciones, y su señorío será de mar a mar, y desde el río hasta los fines de la tierra." (Zacarías 9:10)
"Vendrán muchos pueblos y fuertes naciones a buscar a Jehová de los ejércitos en Jerusalén, y a implorar el favor de Jehová." (Zacarías 8:22)
"Y se unirán muchas naciones a Jehová en aquel día, y me serán por pueblo." (Zacarías 2:11)
"Porque la tierra será llena del conocimiento de la gloria de Jehová, como las aguas cubren el mar." (Habacuc 2:14)  vea también Is.21-5, Miq.4:1-4. Son números los versículos al respecto.
"Te temerán mientras duren el sol y la luna, de generación en generación. Descenderá como la lluvia sobre la hierba cortada; como el rocío que destila sobre la tierra. Florecerá en sus días justicia, y muchedumbre de paz, hasta que no haya luna... Porque él librará al menesteroso que clamare, y al afligido que no tuviere quien le socorra. Tendrá misericordia del pobre y del menesteroso, y salvará la vida de los pobres. De engaño y de violencia redimirá sus almas y la sangre de ellos será preciosa ante sus ojos... Sea su nombre para siempre, se perpetuará su nombre mientras dure el sol. Benditas serán en él todas las naciones; lo llamarán bienaventurado." (Salmos 72:5-7, 12-14, 17) Los profetas describen con frecuencia la Era Mesiánica, donde las naciones han de servir a Dios y conocer Su voluntad;  Is.2:2; Miq.4:1; Jer.3:17; Sof.3:9; Zac.8:20-23;  donde hay paz y justicia internacionales, Is.2: 4; Miq.4:3; y paz en la naturaleza, Is.11: 6;  65:25; Donde el pueblo de Dios habitará en seguridad  Miq.4: 4; Is.65:21-23; y prosperidad Zac.8: 12; y la ley de Dios escrita en sus corazones.  Jesucristo reinando y gobernando las naciones, Is.9: 6,7;  11:1-10;  Jer.23:5; Ezeq.34:23;  37:24; Miq.5:2-4; Zac.9:9; etc.
 
 
 
Estos testimonios ilustran las bendiciones garantizadas a "todas las familias de la tierra" en las promesas hechas a Abraham: muestran en qué consiste la bendición en su total desarrollo. No es una bendición imaginaria sino la concesión de aquellas dádivas abundantes que el mundo entero anhela, pero no sabe cómo conseguir. Sin embargo, estas bendiciones no serán efectivas sino hasta que el reino de Dios venga. No pueden ser logradas antes de tal tiempo, puesto que se necesita un gobernante justo e irresistible para expulsar a los otros gobernantes del lugar y el poder, antes de volverlas realizables. Se requiere poder, sabiduría, justicia y misericordia concentrados en un rey universal antes de que las naciones puedan ser hechas justas, prósperas y felices. En pocas palabras, se necesita que Cristo, la simiente de Abraham, tome en sus propias manos todos los asuntos del mundo antes de que pueda haber "¡gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!" Esta bendición de Abraham se realiza individualmente, en el tiempo presente, en la medida en que la gente se apropia de las promesas por fe, viniendo a ser herederos de la exaltación futura por medio de la sumisión a Cristo en el presente. Pero el estado de cosas pactado con Abraham en las promesas no podrá ser realizado sino hasta que el mismo Abraham herede la tierra, y su simiente posea las puertas de sus enemigos.
Este estado, es futuro aun. Nosotros creemos que será muy pronto, pero aun así, es futuro. En el presente esa “simiente”(la iglesia) sé esta formando, esto nos explica sobre el porque Dios, trato siempre con una nación, Israel, como si no tubiera cudado del resto de su creación, las demás naciones. Hoy mismo, existen 4.000.000.000   de personas que no conocen a Cristo, con distintas religiones, distintas esperanzas, como para que muchos concluyan que todas conducen al mismo Dios, lo que no es correcto. Existe una sola verdad, un solo camino, y una sola vida; Jesucristo, del cual, en el tiempo ya establecido por Dios, cuando "las primeras cosas", las presentes pasen, entonces el evangelio ira a todas las naciones, porque ellas mismas lo buscaran Isaias 2:1-6; etc. Ver Estudio 2. Si desea preguntarnos sobre lo leído, escribanos a IMC.Responde@gmail.com
 
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Juicio a las naciones
 
Dios les bendiga hermano con la bendita paz de nuestro Señor que es tan grande e inmensa que aun sobre pasa el entendimiento. Fil.4:7
Sabemos que el Nuevo Testamento tiene como 2.000 años de antigüedad, ¿por que le dijo esto? Por que al escribir este estudio yo no descubrí nada nuevo, por que el Nuevo Testamento ya estaba escrito, solo al escribir este estudio doy la interpretación basada en la palabra de Dios y con el mismo Espíritu con que los siervos de Dios las escribieron, por gracia de Dios la interpreto.
Yo se lo que entienden mayormente con respecto a Mateo 25:31 por que yo nací en iglesia cristiana evangélica y conozco las doctrinas (evangélicas) pero no escribir lo que usted hermano ya sabe de este pasaje, si no lo que la palabra de Dios dice de ese pasaje.
 
Mateo 25:31 Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria, y todos los santos Ángeles con el, se sentara en su trono de gloria.
Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria. ¿Cundo cuando sucede esto? Según el texto paralelo en la regeneraciónMt.19:28 la traducción Dios habla al hombre dice: cuando llegue el tiempo en que todo sea renovado y la traducción en lenguaje actual dice entonces Dios cambiara todas las cosas y las hará nuevas.
Así es fácil su interpretación por que nos da a entender que esta hablando que habrá un cambio en el mundo, un nuevo sistema, un cielo nuevo y una tierra nueva establecido por Dios donde la justicia mora y la gobierna su iglesia por que enMt.19:28 no solo esta se sentarán 12 apóstoles, si no su iglesia que es representada por los 12 discípulos de Jesús vea que la iglesia también se sienta en trono Apoc.3;21, 20;4 y le es dada facultad para juzgar al mundo vea 1Cor.6;2,3, Apoc.20;4, Luc.22;28-30, Apoc.2;26,27. En el Gr. La misma palabra también significa gobernar también se puede aplicar esa palabra por que la iglesia va a gobernar también.
 
Mateo 25:32,33Y serán reunidas delante del el todas las naciones; y apartara los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos.
Y pondrá las ovejas a su derecha y los cabritos a su izquierda.
Acá el Señor no solo se muestra como el Pastor de su iglesia si no como el Pastor de las naciones. Jesús es el pastor Jn.10:11, Mt.26:31 y pastor de las naciones Apoc.7:17.
Las ovejas están representadas como los benditos de mi Padre, verso 34 y los justos verso 37 que están a su derecha y los de su izquierda los cabritos son los malditos verso 41.
En este detalle quiero que tenga en cuenta por que es la razón de este estudio.
El Señor reúne alas naciones y no a la iglesia, el juicio es para los gentiles y no para su iglesia. La traducción del lenguaje actual dice: Gente de todos los países serán reunidos delante de mi. La traducción de Dios habla hoy dice lo siguiente: la gente de todas las naciones. La antigua versión de Reina Valera dice: y serán reunidas delante de el todas las gentes. Gentiles y naciones son palabras equivalentes y también gentes, mas adelante continuare en este pequeño analices en el cual no le dieron importancia los intérprete de esta profecía y por solo una palabra nos lleva a mal interpretar la palabra de Dios.
 
Mateo 25:34Entonces el Rey dirá a los de su derecha: venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo.
El Rey es el tercer titulo que tiene en esta parábola Jesucristo Mat.21:5, Apoc.19:16.
Heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo acá Jesús enseña que el día que Dios hizo el mundo ya estaba preparado para que sea heredado por sus hijos, y que uno es elegido por Dios para recibir bienes y misericordia y otros nacieron para perdición. Mire este pasaje que habla de la elección Rom.9:10 al 24.
Esto es lo que justamente dijo Jesús el nos eligió a nosotros no nosotros a el por ese motivo estamos hoy en donde estamos.
 
Mateo 25:35
Acá Jesús “NO SE IDENTIFICA CON EL MUNDO” (como nos habían enseñado) si no con la “iglesia” vea el verso 40 dice que estos juntos le dieron de comer, beber, vestir, visitar etc. a sus hermanos mas pequeños, a el se lo hicieron.
¿Pero a quien le llama hermanos en sus enseñanzas? Luc.8:20,21 dice a los que oyen y hacen sus palabras. ¿Y a quien le llama pequeños en sus enseñanzas? Mat.10:40-42, Mat.18:1-5 a sus discípulos. Fíjese que iglesia es el cuerpo de Cristo 1Cor.12:12,Col.1:18etc. y de la misma manera los que le hace daño a su iglesia a Jesús se lo hace mire Hch.9:4entonces entendemos que Jesús se comparo con su iglesia NO CON EL MUNDO “LOS QUE SON POBRES, ESTÁN EN LA CARCEL, O HAMBRIENTOS ETC. SI NO CON SU IGLESIA QUE ESTA EN UN ESTADO DE TRIBULACION ¿entonces quienes son estos justos? Los justos son los hombres y mujeres del mundo que ayudan a la iglesia en el momento de tribulación en que ella se encuentra como lo ilustra Jesús en su parábola cárcel, hambre, desnudo, sediento, etc., por causa de la persecución ¿Cuántas veces somos ayudados por la gente del mundo? Y los justos son considerados justos por sus buenas obras que son acciones de justicia a la iglesia en tribulación, como ala iglesia las obras o acciones justas la consideran justa Apoc.19:8 así también a estos hombres y mujeres del mundo, que nunca recibieron a Jesús en sus vidas, se lo consideran justos, como en el caso de Rahab que protegió a los 12 espías y los mando por otro camino Sant.2:25.
Vestidos de blancos por sus obras Apoc.19:8son las naciones que se salvan Apoc.21:24. Porque póngase a pensar en el verso 37 de Mateo ¿por que los hijos de Dios dirían? ¿Cuando te vimos hambriento y te sustentamos y sedientos y te dimos de beber etc.? Esa pregunta la haría alguien que no conoce a Jesús ¿me entiende hermano? Este estudio es al revés de lo que nos enseñaron pero es bíblico y concuerda con la palabra de Dios, ahora mientras que estos malditos como lo llama el Señor son aquellos que se oponen a la iglesia o en otras palabras a Cristo mismo. Vea también esta parábola habla de estos malditos que se opusieron a la iglesia Lc.19:12;-14y27.
Conclusión: Los “hermanos” de Jesús son la simiente de Abraham, la simiente de bendición. Las “ovejas” todos aquellos que de una u otra forma ayudan a los escogidos, mientras el Señor forma esa simiente, como antiguamente pasaba con Israel. Las” cabras”, y como reza el relato, los opositores, enemigos del reino.
 
Y así finalizamos este estudio creo que le fue de bendición para su crecimiento espiritual, cualquier duda y consulta escribanos a este Mail su pregunta con mucho gusto será respondida, Dios le bendiga.
                                                                                        Amen…
 
Oscar F Raya (Misionero)
 
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